basado en ADCES7 Conductas de Autocuidado (ADCES7 Self-Care Behaviors), Actualizado por Kim Ladd, RN, BS, CPHQ, CDCES, Noviembre 2021

La importancia de controlar la diabetes

Cuando la diabetes no se controla adecuadamente, se producen otras   complicaciones de salud. Es importante ayudar a reducir el riesgo de las complicaciones a través de dejar de fumar, revisarse los pies, controlarse la presión arterial, autocontrolarse los niveles de la glucosa en sangre y realizarse exámenes de la vista, los pies y dientes regularmente.

Las personas que tienen diabetes pueden vivir una vida larga y saludable. Es cierto que existen muchos problemas o complicaciones de salud a largo plazo que pueden ocurrir debido a la diabetes. Sin embargo, también es cierto que las complicaciones de la diabetes se pueden prevenir. Al saber cómo reducir los riesgos, tiene buenas posibilidades de evitar complicaciones y mantenerse saludable durante toda la vida. 

¿Por qué se producen las complicaciones?

Las complicaciones de la diabetes ocurren cuando los niveles de glucosa en sangre son altos durante un período prolongado. Los altos niveles de glucosa son dañinos para el organismo, especialmente para los vasos sanguíneos y los nervios. Muchas personas con diabetes también tienen presión arterial alta y colesterol alto en la sangre. Cada una de estas afecciones, por sí solas, puede ser dañina para el organismo. Cuando se combinan con altos niveles de glucosa en sangre, el daño puede producirse antes y puede ser más grave.

¿Cuáles son las complicaciones más comunes de la diabetes?

Problemas oculares: La diabetes puede dañar los pequeños vasos sanguíneos de los ojos. Este daño se llama retinopatía diabética. Estos vasos sanguíneos pueden debilitarse y sangrar. Es posible que la persona no tenga signos de advertencia hasta que la visión ya sea borrosa. Si no se trata, la retinopatía diabética puede provocar una pérdida permanente de la visión. La diabetes también puede causar otras enfermedades oculares, como cataratas y glaucoma.

Ataque cardíaco, accidente cerebrovascular y problemas de los vasos sanguíneos: Los problemas cardíacos son la complicación número uno de la diabetes. La diabetes puede dañar los grandes vasos sanguíneos del cuerpo y producir obstrucciones.  Esto puede provocar ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, así también como mala circulación en las piernas y los pies.

Problemas renales: La diabetes puede dañar los pequeños vasos sanguíneos que atraviesan los riñones. Este daño se llama nefropatía diabética. En las primeras etapas, los riñones dañados no filtran todo eficazmente de la orina, por lo que la orina contiene proteínas. En las últimas etapas, los riñones están tan dañados que, para vivir, la persona necesita diálisis o un trasplante de riñón.

Problemas con los nervios: La diabetes puede dañar los nervios de todo el organismo. Este daño se llama neuropatía diabética. Cuando los nervios de los pies o las manos se dañan, la persona experimenta hormigueo, entumecimiento o dolor en los pies o las manos. Los nervios también pueden dañarse en el estómago y los intestinos, el corazón, los pulmones, la vejiga o los órganos sexuales, causando problemas con el funcionamiento de estas partes del cuerpo.

Problemas en los pies: El daño que se produce en los vasos y los nervios puede provocar problemas importantes en los pies. Un pequeño corte o ampolla puede no curarse bien debido a la mala circulación y luego se puede infectar. Si los pies están adormecidos, es posible que la persona no sepa que algo anda mal hasta que la infección sea profunda y difícil de curar. Si no se trata, esto puede producir que sea necesario una amputación.

Enfermedad periodontal (de las encías): Los niveles altos de glucosa en sangre también pueden provocar la enfermedad periodontal, la cual provoca infecciones en la boca y pérdida de los dientes.

¿Cómo se pueden prevenir estas complicaciones?

Para ayudar a reducir los riesgos de complicaciones de la diabetes, debe:

  • Mantener sus niveles de glucemia (glucosa en sangre), presión arterial y colesterol lo más cerca posible a lo normal.
  • No fumar. Por sí solo, fumar puede dañar la circulación y empeorar aún más el daño producido por el nivel alto de glucemia.
  • Visitar a su médico especialista en diabetes para un seguimiento cada 3 a 6 meses. Su presión arterial y A1c deben controlarse en cada visita. Cada año, su médico especialista en diabetes debe medir su nivel de colesterol y realizar un análisis de proteínas en la orina.
  • Al menos una vez al año, consulte a un oftalmólogo y hágase un examen de la vista. Es necesario que le hagan un examen ocular con dilatación para que el oftalmólogo pueda ver los vasos sanguíneos de los ojos.
  • Revisar sus propios pies todos los días y consultar a un podólogo (médico de los pies) si ve algún problema. Al menos una vez al año, consulte a un podólogo o su médico especialista en diabetes, y hágase hacer un examen de los pies completo. Evite hacerse pedicuras en el salón de belleza y considere realizarse pedicuras regularmente en el consultorio de su podólogo, las cuales pudieran estar cubiertas por su seguro.
  • Visite a su dentista para que le revisen los dientes y las encías por lo menos cada seis meses.

Si en alguna de estas revisiones arroja resultados de que se están empezando a desarrollar complicaciones relacionadas a la diabetes, hable con el médico que encontró el problema sobre lo que puede hacer. Las complicaciones de la diabetes generalmente se desarrollan gradualmente. Si tiene indicadores tempranos de complicaciones, probablemente podrá hacer algo para evitar que el problema empeore.

 

Pruebas que muestran el control de la diabetes

¿Por qué tengo que hacerme tantas pruebas?

La diabetes es una enfermedad complicada. Con el tiempo, puede producir cambios en el corazón, riñones, vasos sanguíneos y nervios. Cuanto más sepan usted y su equipo de atención médica sobre su cuerpo, más fácil será tratar su diabetes. Algunas de estas pruebas muestran si la glucosa en sangre y el colesterol están bajo control. Algunas muestran si tiene indicadores tempranos de complicaciones a consecuencia de la diabetes. Usted y su equipo de atención médica pueden usar estas pruebas para decidir si necesita modificar sus medicamentos, insulina o dieta.

 

Pruebas comunes

Glucemia (glucosa en sangre): Todas las personas con diabetes deben medirse ellas mismas sus niveles de glucemia en casa. Esto le indica cuál es su nivel de glucemia en ese momento. Conocer su nivel de glucemia puede ayudarlo a tomar decisiones cada día sobre la alimentación y el ejercicio. Si no sabe con qué frecuencia debe medirse la glucemia, pregúntele a su médico o educador en diabetes. Las pautas para un buen control de la glucemia de acuerdo con la Asociación Americana de Diabetes (American Diabetes Association, ADA) son las siguientes:

  • Ayuno / antes de las comidas: entre 80 y 130 mg/dL
  • Una o dos horas después de la comida: menos de 180 mg / dL

Hemoglobina A1c (HbA1c o simplemente A1c): Esta prueba muestra cuál ha sido su nivel de glucemia durante los últimos 3 meses. Brinda información al equipo de atención médica para que pueda planificar el próximo paso en el cuidado de su diabetes. Esta prueba debe realizarse aproximadamente cada 3 a 6 meses.

Microalbúmina: Esta es una prueba de orina que se realiza para verificar cómo están funcionando sus riñones. Comprueba la presencia de pequeñas cantidades de proteína en la orina, que es una señal temprana de daño renal. Debe hacerse una vez al año. Si un problema renal se detecta temprano, se puede tratar.

Perfil de lípidos: Este análisis de sangre verifica la cantidad y los tipos de grasa en su sangre. Verifica el colesterol total, HDL (colesterol bueno), LDL (colesterol malo) y triglicéridos. Mantener estas grasas en niveles saludables puede ayudarlo a reducir sus riesgos de complicaciones de la diabetes.  Debe hacerse un perfil de lípidos una vez al año.  De todas las grasas medidas en el perfil lipídico, la más importante es el colesterol LDL, que debe ser inferior a 100 mg/dl. También es beneficioso tener los siguientes niveles:

  • Colesterol HDL – más de 50 mg/dl
  • Triglicéridos – menos de 150 mg/dl

Examen ocular: Las personas con diabetes deben consultar a un oculista u oftalmólogo cada año para un examen ocular con dilatación de las pupilas. El médico usará gotas para dilatar (abrir) las pupilas y una máquina especial para observar la parte posterior del ojo. La diabetes puede dañar los diminutos vasos sanguíneos de los ojos. Este daño se llama retinopatía. Si el médico detecta retinopatía de forma temprana, puede tratarse para que el daño se detenga.  Si la retinopatía no se trata, puede causar ceguera. Si no tiene un oculista, puede pedirle a su médico o educador en diabetes que le ayude a encontrar uno.

Cuidado de los pies

Con el tiempo, la diabetes puede dañar muchas partes del cuerpo. Cuando sus niveles de glucosa en sangre son más altos de lo normal con frecuencia, tiene una mayor probabilidad de que se dañen los nervios y los vasos sanguíneos de las piernas y los pies, y esto puede provocar una serie de problemas. La neuropatía es la consecuencia del daño a los nervios de las piernas y los pies provocado por los niveles altos de glucosa en sangre. Puede causar dolor, ardor u hormigueo en los pies. Estos síntomas pueden empeorar por la noche mientras descansa. Si tiene los pies adormecidos, es posible que no sienta dolor, calor o frío. Si no tiene mucha sensibilidad en los pies, es posible que no se dé cuenta si se corta, si tiene una ampolla o una quemadura en el pie. Estas lesiones se pueden empeorar rápidamente e infectarse. Hable con su médico si tiene dolor, hormigueo o entumecimiento en los pies. Existen analgésicos especiales que pueden ayudar.

Por lo general, las personas que tienen diabetes y discapacidad visual, reducen los riesgos de la misma manera que lo hacen las personas videntes; la única diferencia es que necesitan adaptaciones para la pérdida de la visión, tales como registros de letra grande y equipos de monitoreo parlantes. En el único aspecto en que necesitan habilidades especiales de adaptación es en el cuidado de los pies.

Dar el primer paso

Evitar la infección es primordial cuando se trata de diabetes, y los pies son especialmente vulnerables debido al castigo diario que les infligimos. Los pies deben protegerse con zapatos que le queden a la medida, deben mantenerse limpios y secárselos bien después de bañarse o ducharse y, además, muchas personas deben usar  loción para evitar que se le agrieten. Este cuidado es el mismo para las personas con pérdida de visión que para las personas videntes.

Cortar las uñas de los pies

Los pequeños cortes en los pies pueden infectarse fácilmente, por lo que las personas con diabetes deben cortarse las uñas de los pies con mucho cuidado. A las personas con discapacidad visual, les puede ser más fácil cortarse los dedos de los pies accidentalmente; especialmente, si los nervios de los pies están dañados y tienen los pies adormecidos. Consecuente, los especialistas en el cuidado de los pies recomiendan enfáticamente que las personas con deficiencia visual se hagan cortar las uñas de los pies por un podólogo, lo que brinda la ventaja adicional de recibir una inspección experta de los pies de forma frecuente. Medicare y la mayoría de las pólizas de seguro médico cubren el corte de uñas de los pies para personas con diabetes y discapacidad visual.

Inspección diaria de los pies

Todas las personas con diabetes deben inspeccionarse los pies todos los días, prestando mucha atención a posibles ampollas, cortes, rasguños, durezas y callosidades, y cualquier cambio que hayan sufrido los pies con respecto al día anterior. Para las personas videntes, esto generalmente se realiza mirando la parte superior, los lados y la planta de los pies, y también entre los dedos. Las personas con baja visión confiable pueden usar un espejo de aumento iluminado para inspeccionarse los pies.

Si no puede confiar en su visión para examinarse los pies y ver posibles problemas, puede usar sus otros sentidos, como su sentido del olfato. Cuando se quite los zapatos y los calcetines/medias, preste atención al olor de sus pies. Un olor excepcionalmente desagradable se relaciona a una infección. Algunas veces, el olor de los pies cambia antes de que se presente cualquier otro signo de infección.

También puede confiar en su sentido del tacto. Siga los siguientes pasos para realizar una inspección táctil:

  1. Siéntese y póngase un pie descalzo en la la falda, o póngase de pie y coloque el pie descalzo en una silla.
  2. Con las yemas de los dedos y los pulgares, tóquese los pies y busque irregularidades de textura y diferencias en la forma de los dedos y los pies con respecto a como se sentían el día anterior.
  3. Comience con el dedo gordo del pie, tantee los lados, la parte superior y la parte inferior del dedo, luego tantee el espacio entre el dedo gordo y el siguiente dedo.
  4. Continúe tanteando el resto de los dedos usando los mismos pasos.
  5. Cuando termine con los dedos, desplace la mano hacia el borde exterior del pie, el talón y el borde interior.
  6. Tantee toda la superficie de la parte superior y la planta del pie.
  7. Por último, gire la mano. El dorso de la mano es más sensible a los cambios de temperatura. Use el dorso de la mano para buscar cualquier punto que se sienta inusualmente caliente, lo que podría ser una señal de inflamación.
  8. Tantee todas las superficies de los pies y los dedos, tanto la parte superior e inferior de los mismos, con el dorso de la mano.
  9. Repita todo este proceso con el otro pie.

Si su inspección de los pies muestra algo inusual, ¡llame a su podólogo o médico de inmediato! Los pequeños problemas cuando se dejan desatendidos pueden convertirse en grandes problemas; así que, asegúrese de brindarles la atención adecuada a los pequeños cortes, ampollas, durezas y callosidades mientras aún están pequeños y son fáciles de curar.

Enfermedad vascular periférica (EVP) –es el término que se usa para designar al daño que han sufrido los pequeños vasos sanguíneos de las piernas y los pies. Este daño produce que el flujo sanguíneo sea deficiente, lo cual dificulta la curación de las infecciones. Si tiene EVP, es posible que tenga algunos de los siguientes síntomas en los pies y las piernas: frío, hinchazón o cambios en el color de la piel que los hacen lucir de color blanco pálido, rojo, azul o púrpura, dolor al caminar o incluso por la noche mientras descansa. Fumar también puede producir EVP y empeorarla. Llame a su doctor si nota estos cambios. El ejercicio supervisado, los medicamentos y, a veces, la cirugía pueden ayudar a mejorar la EVP. Haga lo siguiente para mantener los pies sanos:

  • Deje de fumar.
  • Mantenga los niveles de glucemia dentro de su rango objetivo lo más que pueda.
  • Lávese los pies todos los días con agua tibia y jabón suave. Luego, séqueselos suavemente dando palmaditas (no frotando). Recuerde siempre de secarse entre los dedos. Póngase loción en los pies todos los días, pero nunca entre los dedos o sobre rupturas en la piel. Observe y tantee a la parte superior, inferior y lateral de sus pies todos los días. Si ve o siente áreas rojas, ampollas, cortes, rasguños, moretones o cambios en la forma de sus pies que permanecen durante más de dos días, llame a su médico. No espere.
  • Use calcetines o medias sin costuras voluminosas a nivel de los dedos. Asegúrese de que el elástico en la parte superior de los calcetines/medias no esté demasiado apretado.
  • Póngase siempre zapatos y calcetines. Los zapatos de cuero o de lona son los mejores. Use zapatos o zapatillas (pantuflas) cuando esté en casa. Asegúrese de que la suela de sus zapatos o pantuflas tengan una suela adecuada que le proteja los pies y que nada la pueda perforar.
  • Cuando visite a su médico, quítese los zapatos y los calcetines y pídale que se los examine.
  • Visite a un podólogo cada año. El podólogo es un médico especialista en pies.

Enfermedad y días en que está enfermo

Estar enfermo puede producir que sus niveles de glucemia se eleven o reduzcan más de lo usual. Es importante estar preparado, ya que los niveles altos pueden provocar afecciones potencialmente mortales, tales como la deshidratación o el coma.

Si se enferma, es posible que deba llamar a su médico, si:

  • Está enfermo y ha tenido fiebre durante más de 2 días y usted no se está mejorando.
  • Tiene niveles de glucemia superiores a 240 mg/dl.
  • Tiene cantidades moderadas o grandes de cetonas en la orina.
  • Ha tenido vómitos o diarrea durante 6 horas.
  • Tiene dolor abdominal o dificultad para respirar, malestar en el pecho, labios o lengua secos o un olor afrutado en el aliento.

Guarde una tarjeta con el número de teléfono de su médico con sus medicamentos para la diabetes para que pueda encontrarla rápidamente si la necesita.

Plan para los días en que está enfermo

Hable con su equipo de diabetes antes de enfermarse para elaborar un “plan para los días de enfermedad”. Tener un plan establecido le ayudará a manejar su diabetes cuando se enferme.

Prueba de Glucemia: Si tiene diabetes tipo 1, debe medir su glucemia cada 4 horas cuando esté enfermo. Si tiene diabetes tipo 2, puede ser suficiente medírsela 4 veces al día.

Prueba de cetonas: Si su organismo no puede utilizar la glucosa para obtener energía, el organismo quemará grasa para obtenerla. Quemar grasa puede provocar una acumulación de ácidos (llamados cetonas) en la sangre, lo cual puede ser peligroso. Si tiene diabetes tipo 1, debe hacerse una prueba de cetonas en la orina cada 4 horas cuando esté enfermo. Las personas con diabetes tipo 2 deben hacerse una prueba de cetonas en la orina si tienen un nivel de glucemia superior a 300 mg/dl. Puede comprar tiras reactivas de cetonas en la farmacia sin receta médica. Siga las instrucciones para el método de prueba correcto. Asegúrese de verificar la fecha de vencimiento.  Es importante que las tiras no estén caducadas.

Fluidos o líquidos: Cuando sus niveles de glucemia son altos, orinará más. Si no toma suficientes líquidos, puede deshidratarse. Tome sorbos frecuentes de líquidos que no contengan ni calorías ni cafeína, tales como agua, refrescos dietéticos, gelatina sin azúcar o caldo (consomé). Beba al menos 6-8 onzas, o sea, aproximadamente 1 taza, cada hora.

Alimentación: Si es posible, siga su plan de comidas regular. Si no puede comer alimentos sólidos, trate de ingerir alrededor de 50 gramos de carbohidratos cada 3-4 horas. Los siguientes alimentos y bebidas contienen aproximadamente 15 gramos de carbohidratos y son adecuados para cuando se está enfermo. Consuma tres de los siguientes alimentos para obtener aproximadamente 50 gramos.

  • 1/2 taza de gelatina regular
  • 1 taza de caldo (consomé) con fideos o arroz
  • 6 galletas saladas
  • 1/2 taza de helado
  • 1/4 taza de sorbete
  • 1 paleta gemela (twin popsicle)
  • 1/2 taza de cereal cocido
  • 1/2 taza de jugo de manzana
  • 1/2 taza de refresco (soda) regular

Medicamentos: La enfermedad puede producir que sus niveles de glucemia se eleven, por lo que es importante que tome todos sus medicamentos para la diabetes cuando esté enfermo, incluso si no puede comer. Si usa insulina, hable con su médico para ver si necesita usar más mientras esté enfermo. Las personas que toman medicamentos orales para su diabetes tipo 2, pueden necesitar insulina por un corto tiempo si sus niveles de glucemia se elevan demasiado. Tenga cuidado al tomar medicamentos de venta libre, como jarabes para la tos o medicamentos para el resfriado cuando esté enfermo. Hable con su farmacéutico antes de tomar cualquiera de estos medicamentos, ya que algunos de ellos pueden afectar sus niveles de glucemia.

Recursos:

Vision Aware: ¿Cómo puedo controlar mi diabetes?

Medline Plus:  Complicaciones de la diabetes

CDC:  Póngale el freno a las complicaciones de la diabetes

Cleveland Clinic: Diabetes: An Overview  (Diabetes: Una visión general) 

Leer más

Consejos para la diabetes y la pérdida de la visión: Reducción de riesgos  – VisionAware